Su maravilloso viaje a Toscana comienza con un clásico de cualquier estancia a orillas del mar: uno o varios días en las hermosas playas de la Costa Etrusca, donde podrá disfrutar del dolce far niente, indisociable de Italia. A continuación, y sin olvidar en ningún momento que el vino debe consumirse con moderación, es obligada una visita a los viñedos del Chianti, por afición a la enología o por simple curiosidad.
Y si no le da miedo hacer kilómetros, ni siquiera en vacaciones, acérquese a Siena y Florencia, a 2 h en coche del camping. Tanto el destino como el trayecto por los valles toscanos, con sus panoramas de ensueño, merecen la pena.