¡En Ardèche disfrutará de unas vacaciones repletas de colorido! Desde el azul turquesa de sus gargantas hasta el verde profundo de sus bosques, este sorprendente destino es la meca de los amantes del aire puro. No espere más; reserve su plaza en camping Sandaya y descubra las mejores 8 visitas imprescindibles en Ardèche.
Camping en las gargantas del Ardèche: ¡que empiece la aventura!
Ardèche es una fuente inagotable de descubrimientos para saciar su sed de aventuras. Con tantas actividades y paisajes que conquistar, seducirá a partes iguales a los forofos del deporte al aire libre, a los amantes del terruño y a los apasionados de la historia. Entonces, ¿qué nos ofrece Ardèche? Empecemos por regalarnos un viaje a las raíces... ¡A la orilla del agua!
Su camping Sandaya, con vistas a las famosas gargantas del Ardèche, le ofrece un pase de primera fila para disfrutar de los famosos tesoros de esta tierra. En el camping dispondrá de un espacio acuático, spa, actividades de ocio para dar y tomar y alojamientos para toda la familia desde que comience a hacer buen tiempo. Ya con su plaza reservada, saque el máximo partido a su estancia con nuestra recomendación de los 8 mejores lugares imprescindibles para visitar en Ardèche.
1. Descender las gargantas del Ardèche en canoa
¡Como no podía ser de otra manera, las impresionantes gargantas del Ardèche ocupan el primer puesto! Conocidas como “las gargantas más bellas de Europa”, su cañón de 22 km por el que serpentea el río cristalino le tiene reservado un buen puñado de aventuras para vivir en familia. Descúbralas a bordo de una canoa para contemplar sus acantilados que pueden alcanzar los 250 m de altitud y pase por el emblemático Pont-d’Arc en Vallon-Pont-d’Arc. Sus orillas son una invitación a contemplar la abundante vegetación mediterránea: ¡esta gran reserva natural alberga más de un millar de especies vegetales!
2. Remontarse a los orígenes de la historia en la cueva de Chauvet 2
No muy lejos del famoso Pont-d’Arc, la cueva de Chauvet ostenta nada menos que el título de la cueva ornamentada más antigua del mundo. Declarada patrimonio mundial de la UNESCO, tendrá el placer de visitar su réplica, Chauvet 2, que se encuentra tan solo a unos minutos del camping. Con sus cientos de pinturas y grabados que datan de hace más de 36.000 años, le espera un viaje en el que se sumergirá de lleno en la era del paleolítico.
3. Sumergirse en los orígenes del mundo en el gran sitio de Orgnac
A 20 minutos de la cueva de Chauvet se esconde la de Aven d’Orgnac, que cuenta con la distinción “Grand Site de France”. Con una profundidad de 100 m bajo tierra, la cueva alberga increíbles formaciones calcáreas que la convierten en una verdadera catedral subterránea. ¡Para terminar la visita por todo lo alto, un espectáculo de luz y sonido pone la guinda al pastel! Los más curiosos continuarán la aventura en la Ciudad de la Prehistoria, que recibió el título de “Museo de Francia” y cuyos vestigios datan de hace más de 350.000 años antes de nuestra era.
4. Embarcarse a bordo del tren de Ardèche y su ciclorraíl
De vuelta en tierra firme, la aventura continúa a bordo del mítico tren de vapor de Ardèche. En Saint-Jean-de-Murois podrá subirse a bordo de las locomotoras centenarias de este verdadero monumento histórico para emprender un auténtico viaje en el tiempo. ¡Pero aquí no acaba la cosa! Si lo desea, podrá volver al volante de un ciclorraíl, un pequeño coche a pedales que transita por la emblemática vía del ferrocarril. Esta actividad lúdica, accesible para todos los públicos, recorre túneles, viaductos y claros ofreciendo además una impresionante vista de las gargantas del Doux.
5. Admirar la grandiosidad de la cascada del Ray Pic
¡Pongamos rumbo ahora a Péreyres, en el centro del departamento, para pasar una jornada de senderismo en el parque de Monts d’Ardèche! Es aquí donde se esconde la impresionante cascada del Ray Pic con su caída de agua de 60 m. Comience contemplando la vista desde el mirador y después diríjase al aparcamiento, que es el punto de partida de una ruta por el sotobosque. Serán 15 minutos de marcha hasta llegar al último mirador, el más próximo al agua. Aunque el baño está prohibido, ¡la vista es absolutamente grandiosa!
6. Ver osos pardos en el Safari de Peaugres
Si visita Ardèche en familia, no deje de llevar a los más pequeños a disfrutar de una increíble aventura en el Safari de Peaugres, el parque zoológico más grande de Auvernia-Ródano-Alpes. Situado cerca de Annonay, sus 80 hectáreas de naturaleza preservada albergan unos 900 animales, desde las fieras de la sabana hasta los osos pardos de Norteamérica. Además del circuito a pie, podrá también ir a su aire dentro de su coche o de su camper car y vivir un auténtico safari. ¡Pasará de África a América en tan solo un par de horas!
7. Explorar el sorprendente bosque de Païolive
Cambiamos el decorado para ir en esta ocasión al corazón del bosque de Païolive, cerca de Banne, una verdadera curiosidad geológica en Ardèche. Este peculiar bosque es el hogar de un caos de rocas petrificadas con enigmáticas formas... Ya sea a pie o en bicicleta de montaña, no dude en adentrarse en las rutas más insólitas para recorrer bosques de robles, las gargantas del Chassezac y esculturas calcáreas.
8. Callejear por los pueblos más bonitos de Ardèche
¡Imposible quedarse solo con uno! En Ardèche hay nada menos que 21 pueblos con el distintivo de “Pueblos con carácter”. Nos detendremos en Alba-la-Romaine, al sureste del departamento, fundado hace más de 2000 años a los pies del macizo de Coiron. No se puede perder su teatro galorromano y su castillo medieval con vistas a los tejados.
A tan solo unos minutos se encuentra Vogüé, declarado uno de los “Pueblos más bonitos de Francia”. Sus callejuelas medievales, entre las que destacan la Rue des Puces y la Rue des Balcons, son el paraíso de los paseantes y su playa junto al río Ardèche es ideal para refrescarse en verano.
Y como colofón del espectáculo: en la frontera entre Ardèche y el Gard, no se pierda el pintoresco pueblo de Banne y sus 27 dólmenes milenarios.