Camping Palacio de Versalles

A escasos minutos de París, el palacio de Versalles es propio de los cuentos de hadas más disparatados. Le parecerá estar soñando despierto al recorrer los dominios reales, al pasear por los increíbles jardines diseñados por Le Nôtre, al visitar los Grandes Apartamentos del Rey y de la Reina, la Galería de los Espejos, el dominio del Trianón... Se requieren al menos dos días para abarcar tanta grandeza, y precisamente su camping Sandaya está situado a escasos minutos del lugar.

En tienda de campaña, mobile-home, caravana o incluso en una cabaña encaramada, disfrute de una estancia a todo confort en un camping arbolado, al estilo "campo en la ciudad". Piscinas climatizadas, terreno polideportivo, zonas recreativas... ¡Encontrará todo a punto para darse la buena vida a las puertas de París!

En Versalles, los niños no saldrán de su asombro. En palacio lo tienen todo previsto para entretener a los más jóvenes durante la visita: juegos, aplicaciones, talleres temáticos irán guiando a los campistas más pequeños por el dominio al tiempo que les procuran diversión.

Durante todo el año, participe con su familia en un sinfín de actividades que se organizan durante los fines de semana y las vacaciones escolares. Existen cuadernos de juegos con preguntas y acertijos para que los niños más curiosos descubran Versalles de otra manera. Por ejemplo, les guiarán a través de la Galería de las Carrozas situada cerca de las Grandes Caballerizas, un lugar lleno de magia donde podrán dar rienda suelta a sus fantasías de príncipes y princesas.

El palacio de Versalles es un lugar romántico por excelencia que le hará sucumbir a su encanto. Con su pareja, demórese en sus magníficas estancias: los Grandes Apartamentos del Rey con sus siete salones, la Galería de las Batallas, de 120 metros de largo, la Galería de los Espejos, que cuenta 357 espejos...

Aproveche para perderse por los jardines de Versalles, que forman un todo con el palacio. En verano, respire las fragancias de la Orangerie, admire las 221 esculturas que adornan las avenidas del parque y acérquese hasta el dominio del Trianón que tanto gustaba a la reina María Antonieta. Ya por la tarde, de vuelta al camping aún bajo el hechizo, le espera una exquisita cena en su terraza para poner el colofón a un día inolvidable.